PROTOGEOMETRÍAS
2013

Labor
Ciudad de México




De un tenso tendedero penden las sábanas familiares que se mecen con el ir y venir del viento. Sobre su blanco tejido bailan las sombras de figuras geométricas. Círculos dentro de grandes cuadrados y pequeños triángulos danzan en su progresión arabesca al ritmo de la brisa citadina. Esta soleada zotehuela rodeada de celosías, espacio típico de la vivienda popular del México recién urbanizado en los años 70, es la memoria que para Héctor Zamora (ciudad de México, 1974) devino en un cuerpo de obra basado en la observación y rastreo de sus elementos arquitectónicos básicos.

El advenimiento de la vivienda social en México se expresa históricamente a través de ejemplos paradigmáticos como el Multifamiliar Alemán (1948), o el Conjunto Urbano Tlatelolco (1949), ambos proyectados por Mario Pani en estrecha concordancia con las ideas que Le Corbusier aplicó en la Cité Radieuse.

Para Zamora, testigo de las transformaciones que en la práctica sufrieron los ejes de lo moderno en México, la celosía se alza más allá del recuerdo como elemento formal distintivo, tradicional en su origen pero característico de una era en que la práctica arquitectónica estaba ligada al mejoramiento en la calidad de vida. Ya fuera en países en vías de construcción post-revolucionaria, como México; en proceso de reconstrucción post-guerra, como Francia; o en fase de reinvención, como en Brasil, la arquitectura respondió internacionalmente a las supuestas necesidades del futuro.

Esta arquitectura, medio siglo después de ser proyectada por individuos, se transforma, traslada y muta según la identidad de los pueblos que la habitan. De India a Estambul, de São Paolo a ciudad de México, Héctor Zamora reconoce en unidades como la celosía síntomas de la imparable marcha del presente.

El título de la muestra alude a un doble espacio de posibilidad en que el trabajo comprobatorio del ensayo, en tanto complemento de la enseñanza teórica, se enriquece de los matices que con el concepto ‘anexacto’, Deleuze introduce a la dicotomía clásica —ligada a la tradición arquitectónica moderna según Reiser+Umamoto— de exacto-inexacto. Lo anexacto como espacio de experimentación rigurosa se establece entonces como eje práctico y filosófico del artista.

Es con esta pauta que Zamora emprende una serie de indagaciones a partir del ladrillo reticulado de barro templado en obras como 6 de la serie potencialidades y ViBo, en las que el elemento fundamental se descompone y rebasa su uso utilitario para develar sus posibilidades plásticas y semánticas. De una célula básica de construcción ancestral, si bien geométrica, imperfecta, nacen hasta 63 nuevas piezas que se despliegan rítmicamente sobre el muro de la galería. Esta nueva configuración de su forma y presencia física se construye en el espacio —anexacto— entre la formalidad de la retícula y la libertad del azar, de la disciplina y la anarquía, del dominio y la emancipación.



From a tense clothesline hang the family sheets as they sway with the wind’s come and go. On their white tissue dance the shadows of geometric shapes. Circles within large square and small triangles move in their arabesque progression to the rhythm of the urban breeze. This sunny zotehuela surrounded by latticework, a space typical of social housing in newly urbanized Mexico during the 70s, is the memory that for Héctor Zamora (Mexico City, 1974) became a body of work based on the observation and tracking of its basic architectural elements.

The advent of social housing projects in Mexico is historically expressed through paradigmatic examples such as the Multifamiliar Alemán (1948), or the Conjunto Urbano Tlatelolco (1949), both designed by Mario Pani in close concordance with the ideas that Le Corbusier applied in the Cité Radieuse.

For Zamora, witness of the transformations of the modern in México, the latticework rises beyond reminiscence as a formal, distinctive element, traditional in origin but characteristic of an era in which architectural practice was linked to improvement in quality of life. Whether in countries under post-revolutionary construction, such as Mexico; in the process of post-war reconstruction, such as France; or in the way of reinvention, as in Brazil, architecture responded internationally to the alleged needs of the future.

This architecture, half a century after being projected by individuals, transformed, transferred and mutated following the identity of the people who inhabit it. From India to Istanbul, São Paulo to México City, Héctor Zamora recognized in units such as lattice the symptoms of the unstoppable march of the present.

The title of the exhibition refers to a dual space of possibility in which the test function of the essay, as complement of the theoretical studies, enriches itself by the nuances introduced by Deleuze with the concept ‘anexact’ to the classical dichotomy ‘”bound to the modern architectural tradition according to Reiser+Umamoto’” of the exact-inexact. The anexact as a space of rigorous experimentation is thus established as the axis of the artist’s praxis and philosophy.

It is within this framework that Zamora developed a series of explorations of hardened mud brick lattice. In works like 6 from the Potencialities series and ViBo the basic element is deconstructed to function beyond its utilitarian usage and therefore uncover its semantic possibilities. The ancestral construction cell, geometric yet imperfect, unfolds into 63 new pieces that are rhythmically arranged onto the gallery wall. This new configuration of its form and physical presence is built in the ‘anexact’ space between the formality of the grid and haphazard freedom, the discipline and anarchy, the domination and emancipation.